sábado, 14 de julio de 2012

Mi regalo, vosotros

Algo hay en común en todos los seres humanos. Y es que un buen día, nacemos. Aparecemos de repente en  este mundo, sin saber nada de nada, ni siquiera como respirar...Y lo hacemos a base de un golpecito, unas cuantas lágrimas...¡¡las primeras lágrimas!!

Para los que somos afortunados, tenemos a nuestro alrededor gente que se alegra de que hayamos nacido. "Ves" como tus padres lloran, como te cogen en brazos y sonríen, a pesar de todo el dolor que ha supuesto el parto, a pesar de que tu padre se quedó casi sin manos de sujetar las de tu madre. A pesar de que hace unos momentos, ella gritaba de dolor.

A pesar de eso, todo el mundo se alegra de que hayas venido a este mundo...

...Eres noticia! Tus hermanos se alegran, e incluso dan gracias a Dios por que haya nacido "la persona más bonita del mundo..."
Y tu ni siquiera das las gracias por ello. Naces sin más.

Después viene lo dificil, que no es más que vivir. Vivir y saber hacerlo, no de cualquier manera ni modo...saber como actuar, como pensar...Y si se hace en modo inverso, pues mejor que mejor. En definitiva, la prueba a la que te sometes cada día desde que te levantas es intentar ir un paso más allá: intentar saber.

No es fácil...no eres más que una pequeña parte del mundo y saber hacer las cosas es...pues eso, complicado. Y más si lo intentas tu solo.
Así que si lo piensas, ¿Qué puede hacer de tu vida algo más sencillo? ¿Qué es lo que hace que saber pueda resultar entretenido, e incluso a veces divertido? ¿Qué es lo que hace que saber sea algo más sencillo?

Ni más ni menos que tu gente. Tu madre que te ve nacer. Tu padre que presume de ti en los pasillos. Tus hermanos que celebran tu llegada...Tu familia, si es como debe ser, se convierte en la herramienta más eficaz para que saber sea un juego. Te ayudarán siempre que lo necesites, desde aprender a montar en bici (independientemente de la edad que tengas!) hasta saber como tienes que desenvolverte ante el mundo.



La verdad es que tener una familia notable es algo de lo que sentirse afortunado, desde luego, pues ¿quien elige a su familia? Esa es tu gran riqueza, la que te acompaña desde que naces, hasta que mueres.

Pero no se puede olvidar otro tipo de tesoros, la segunda familia, la que de algún modo, eliges tú. Y hablo de los amigos. De esa gente que, aunque no te ve nacer, si crece contigo. La amiga que tienes desde los 6 años, o los que hiciste en el instituto...aquel amigo que justo cuando dan las 12 te manda un mensaje para demostrarte que se acuerda de el momento en el que tu madre estaba a punto de darte a luz...el amigo que te dice que su vida ha sido más especial contigo...Tus compañeras de clase que siempre te hicieron tener la cabeza en tu sitio y con las cuales viviste grandes momentos.



Y llega la universidad y haces más amigos. Amigos que también intentan ser los primeros en felicitarte, (otros que incluso se adelantan un día!). Y es un no parar: mensajes y más mensajes que te felicitan por que hace 19 años naciste. Apareciste así de repente...y se alegran de ello.

Mensajes mensajes...de las chicas de la residencia, con las que te hiciste muchísimo más mujer de lo que pensaste que podías ser. Aquellas con las que te has reido y con las que también has llorado. Aquellas con las que has compartido secretos y momentos que nada ni nadie te va a quitar. Personas que son grandes, y que iluminan tanto que tú inevitablemente sigues tu camino con esa luz.
Personas que a pesar de lo que puedan decir de ella, merecen la pena.

Aunque claro, no todo es un camino de rosas ¿no? Por que quien no discute con la familia, quien no manda a su hermano a la mierda o quien no le chilla a su madre...quien no discute con sus amigos...o decide ignorarlos por que en algún momento de la vida, querer o sin querer hacerlo, te hacen daño...Tanto tanto que hasta te prometes no volver a hablar con esa persona por evitarte más molestias.

Pero llega un día en el que ves la luz. Y recuerdas. Y piensas. Llega el momento en el que te acuerdas de todas las cosas que aprendiste con esa persona. Aprendiste en gran parte a ser tu misma, e incluso en tu propio enfado te diste cuenta de cosas que en tu persona no iban bien...

...Y este es el punto en el que te das cuenta que, a pesar de todo, de los enfados y posibles berrinches, esa persona sigue mereciendo la pena por que en ese momento te hace SABER quien debes ser.
Esa es la cuestión.

Y bueno, llevo 19 años de existencia, y en esta semana me he dado cuenta de que este mundo sería algo mejor si ayudamos a otras personas a Saber. ¿No era la cuestión de esta entrada? Sí, al principio, cuando he empezado a escribir ¿No os decía yo que lo importante era Saber como actuar, como pensar en la vida?
Pues aquí está la clave...La gente merece la pena cuando te ayuda a saber.

Y esta semana en la que me he cabreado con todo el mundo me he dado cuenta de que...es hora de actuar y de hacer Saber al mundo lo íncreible que puede ser la vida si todos hacemos por que esta sea más bella.

Poético, cursi, lo que queraís...Pero como mi querida Paula me ha dicho que tengo que aprovechar los últimos minutos de mi cumple...¡¡me veía obligada a hacerlo!! Y qué mejor manera que con vosotros.

Mi gente
Mi sabiduría

Gracias, por ayudarme a ser quien debo ser.


¡¡De todo corazón!!

http://www.youtube.com/watch?v=mBCVEcjScTQ&feature=player_embedded